| Queridos amigos y amigas de todo el mundo: A lo largo de más de una década, Avaaz ha luchado y ganado batallas para cambiar leyes y políticas. Hemos alcanzado grandes victorias. Pero no ha sido suficiente. Porque la verdad es que existe algo más poderoso que las leyes y las políticas: nosotros, nuestra cultura, nuestros valores y creencias. Y así, mientras tratábamos de cambiar políticas, el miedo, la rabia, Facebook y el Kremlin han estado cambiando a la gente, nos han estado cambiando a muchos de nosotros. Se está librando una gran batalla por el alma de la humanidad – entre la esperanza y la desesperación, la confianza y la desconfianza, la verdad y la falsedad, el miedo y el amor, el tribalismo y la unidad, la sabiduría y lo que parece ser sabiduría. Y está sucediendo dentro de todos y cada uno de nosotros. Uno de los lados de esta lucha cuenta con unas fuerzas de combate bien conocidas: los trolls. Bien sea por las heridas de la vergüenza y de las dificultades que viven, o a cambio de algún dinero, están propagando veneno en nuestra sociedad a escala industrial. Pero no se trata de nosotros contra ellos. Porque al otro lado estamos todos. Y ahí es donde entra Avaaz. Los trolls y la agresividad presente en cada uno de nosotros nos han quitado muchas cosas: nuestras redes sociales, gran parte de nuestros medios de comunicación y de la política, e incluso muchas de nuestras relaciones personales y familiares. Es descorazonador. Pero aún podemos lograr que la década de 2020 sea la década en la que lo recuperemos todo. ¡Hagámoslo! Y comencemos por donde debemos – por nosotros mismos. Comprometiéndonos a seguir, online y en la vida fuera de las redes, un conjunto de principios que nos ayuden a controlar a nuestro troll interno, y le demuestren al mundo que existe una forma distinta de hacer las cosas: (hemos consultado estos principios a través de encuestas, y los miembros de Avaaz los han apoyado ampliamente) |
![]() 1. Desactiva tus detonantes emocionales Ciertos detonantes nos mueven rápidamente hacia la rabia y el miedo – nos quitan lo mejor de nosotros mismos, y sacan lo peor. Todos nos podemos sentir ‘provocados’ en algún momento pero, si reconocemos estas provocaciones como algo nuestro (por ejemplo, “estas son mis inseguridades sobre X”), entonces podremos dejar de echar la culpa a los demás, dejar de ser agresivos y empezar a actuar desde el amor y la sabiduría. 2. Escucha tu sabiduría Con nuestros detonantes emocionales desactivados, podemos escuchar en profundidad la perspectiva de otros así como a nosotros mismos (las emociones de nuestro corazón, la razón de nuestras mentes y la intuición de nuestro instinto) y así, prestarle atención a esa voz interna que, desde la serenidad, armoniza todos estos elementos y nos invita a ser más sabios. 3. Sé amable Y fuerte La amabilidad sin fuerza puede ser cobardía. Y la fuerza sin amabilidad puede ser brutal. Necesitamos ambos (amor y fuerza, ‘yin’ y ‘yang’) para proteger con éxito todo aquello que consideramos de valor y que tenemos en común. 4. Detén los rumores y busca la verdad Las noticias falsas, las verdades a medias, las calumnias y la desinformación motivada por ciertas emociones o intereses sacan lo peor de todos nosotros. La gente es fundamentalmente decente, pero nos dejamos llevar rápidamente por demonizaciones simplistas que justifican lo peor que nos hacemos los unos a los otros. Esforcémonos en ver al humano y no al villano en los demás, y en entender que la verdad es a menudo compleja.Si estos principios te resuenan, pincha aquí para firmarlos con un solo clic, y comparte tus reflexiones con otras personas que sientan lo mismo. Apoyémonos e inspirémonos los unos a los otros para mejorar en cada uno de ellos. A veces simplemente un grupo pequeño de personas comportándose de cierta forma puede ayudar a catalizar un cambio mucho mayor. Avaaz podría ser ese catalizador. Imagina un mundo donde la mayoría acordáramos seguir este tipo de principios y que lo lográramos con éxito la mayor parte de las veces. Podríamos estar en desacuerdo en muchas cosas, pero la naturaleza de esos desacuerdos podría ser diferente. Menos mezquina, cruel y trágica, más positiva y respetuosa tal vez. La humanidad seguiría siendo hermosamente diversa. Y, aunque algunas veces nos enfrentáramos, seríamos al mismo tiempo mucho más nobles. Quizás así nos acerquemos más a lo que estamos destinados a ser. Y quizá ese sea el regalo de los trolls que están entre nosotros y dentro de nosotros, incluso entre los que nos lideran. Podemos mirarles y decir: sencillamente, no somos ni queremos ser así. Y luego, escuchar esa voz interna para que, desde la serenidad, nos guíe hacia lo que estamos destinados a ser, para con nosotros mismos y con todos los demás. Con esperanza y cariño, Ricken y todo el equipo de Avaaz |
