Amazonia brasileña, uno de los lugares más peligrosos

No existe una Amazonia, sino muchas, pero para muchos ya es el nuevo Eldorado

Cementerio de Parque Taruma, en Manaos (Amazonia, Brasil), hoy ampliado por la pandemia del covid19

La Amazonia brasileña es uno de los lugares más peligrosos del mundo para campesinos sin tierra, ecologistas y, en general, para cualquiera que se oponga a un modelo de desarrollo basado en la destrucción de la naturaleza para producir commodities agrícolas, extraer mineral o talar madera de alto valor comercial. El Gobierno de Jair Bolsonaro parece ser uno de sus mayores aliados.

En el imaginario colectivo de la sociedad occidental, la Amazonia es un infinito manto verde dotado de una biodiversidad sin parangón y de una naturaleza tan ingente e indomable que, si no fuera por la implacable tecnología humana, sería todavía hoy, en pleno siglo XXI, una frontera infranqueable para nuestra civilización. Pensar en la Amazonia supone, de forma frecuente, evocar conceptos como los del pulmón del planeta , así como indígenas salvajes que viven aislados en los rincones más inhóspitos de la jungla. En definitiva, se piensa todavía hoy que la Amazonia es un lugar donde la huella del hombre es, cuanto menos, modesta y contenida.

En la Amazonia brasileña se mata, se arrasa la selva, se emplean trabajadores como esclavos y se cooptan las estructuras del Estado de derecho

Según la organización no gubernamental Global Witness, que desde el 2012 monitorea el asesinato de activistas y ecologistas en el mundo, Brasil fue durante seis años seguidos el país más letal para los defensores del medioambiente y de los campesinos sin tierra. El gigante sudamericano sólo perdió su deshonroso cetro el año pasado, cuando Rodrigo Duterte, el polémico presidente de Filipinas, le arrebató para su país el primer puesto en la lista .

“Desde la década de 1970, oleadas de colonos pusieron coto a tierras públicas, a menudo unas encima de otras, lo que resultó en una maraña de reivindicaciones solapadas y contrademandas. Más aún: en gran parte, los colonos trazaron sus reivindicaciones de propiedad en ausencia de las agencias estatales que las reconocerían definitivamente [las propiedades]. Como resultado, en buena parte de la Amazonia rural, campesinos y grandes terratenientes han improvisado un sistema coloquial [vernacular] para controlar, requerir y vender tierra que opera en gran medida fuera de la aprobación oficial”.

Entre 1985 y 2017, la CPT contabilizó 1.438 casos de asesinatos vinculados por el control de la tierra en Brasil. Un 45% se produjeron en la región amazónica. Del total, apenas 35 fueron juzgados y, de ellos, sólo 20 terminaron con una condena judicial para los mandantes de los crímenes, quienes frecuentemente son poderosos terratenientes que subcontratan el asesinato a pistoleros a sueldo. El precio de la muerte se fija en función de la notoriedad social de la víctima. …

https://www.lavanguardia.com/vanguardia-dossier/20200507/48986929645/amazonia-eldorado-lejano-oeste-todos-tienen-un-precio-violencia.html

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