Category Archives: Història

Alerta científica: superats 7 dels 9 límits “segurs” i “justos” de deteriorament mediambiental

Un grup de 40 científics ha creat una base científica sòlida i números quantificables per avaluar la salut del planeta

Els límits “segurs i justos” pel que fa al deteriorament del medi ambient han estat establerts per primera vegada per la ciència, i els resultats indiquen que moltes d’aquestes línies vermelles ja s’han creuat, la qual cosa fa que molts dels impactes en el benestar humà siguin inevitables. Un grup de 40 científics internacionals pertanyents a la Comissió de la Terra, convocats per l’organització internacional Future Earth, ha publicat avui a la revista Nature les conclusions del seu estudi. Els científics han creat 9 límits de deteriorament mediambiental considerats “segurs” i “justos”, dels quals 7 ja han estat sobrepassats, almenys parcialment.

Segons aquests investigadors, s’ha fixat en 1,5 graus Celsius el límit “segur” per a l’augment de la temperatura mitjana de la Terra, que evitaria una alta probabilitat de punts d’inflexió climàtics. Afortunadament, aquest límit encara no s’ha sobrepassat. No obstant això, s’ha incomplert el límit considerat “just” d’1 grau Celsius, que busca evitar una alta exposició a danys significatius causats pel canvi climàtic.

Els científics han establert aquests límits “segurs” i “justos” no només amb relació al clima, sinó també en termes de biodiversitat, aigua dolça i diferents formes de contaminació de l’aire, sòl i aigua. Lamentablement, han conclòs que en la majoria dels casos aquests límits s’han superat, i això implica que els éssers humans assumeixen riscos “colossals” i posen en perill l’estabilitat i resiliència del planeta. Per exemple, els investigadors assenyalen que entre el 50% i el 60% de la natura global hauria de mantenir-se intacta, però aquest límit no s’ha complert. A més, el percentatge d’alteració del cabal de l’aigua superficial no hauria de superar el 20%, però també s’ha incomplert aquest límit. L’aprofitament de l’aigua subterrània no ha de superar la capacitat de recàrrega dels aqüífers, però una vegada més, aquest límit s’ha sobrepassat.

A més, els cicles de fertilitzants com el nitrogen i el fòsfor també superen els límits considerats segurs i justos. Les activitats humanes estan alterant els fluxos naturals de l’aigua i alliberant quantitats excessives de nutrients de fòsfor i nitrats als rius, la qual cosa planteja serioses amenaces per als ecosistemes i el benestar de les persones.

Algunes de les conseqüències seran “irreversibles”
Entre els investigadors que han participat en aquest treball hi ha la científica Noealia Zafra, del Basque Center for Climate Change (BC3), qui ha destacat la rellevància d’aquesta investigació. Per primera vegada, s’han tingut en compte “aspectes de justícia social i intergeneracional, així com la consideració de tots els éssers vius a la Terra” en realitzar aquests càlculs dels límits biofísics del planeta. Zafra ha emfatitzat que molts d’aquests límits “ja s’han sobrepassat” i que algunes de les conseqüències seran “irreversibles”. No obstant això, també ha subratllat la importància de “treballar àrduament” per minimitzar les conseqüències negatives de creuar aquests límits. A més de complir estrictament amb l’Acord de París per abordar la crisi climàtica i de biodiversitat, Zafra ha defensat nous acords socials per implementar mesures.

El treball fet per aquests científics proporciona una base científica sòlida i números quantificables per avaluar la salut del planeta en termes d’estabilitat, resiliència, benestar humà, equitat i justícia. Establir objectius justos per prevenir danys significatius i garantir l’accés als recursos és “fonamental per tenir un planeta biofísicament segur”, segons Johan Rockström, copresident de la Comissió de la Terra i autor principal de l’estudi.

https://www.elnacional.cat/ca/societat/alerta-cientifica-superats-7-9-limits-segurs-justos-deteriorament-mediambiental_1036677_102.html

Un informe del ICIP y Novact documenta 235 experiencias de resistencia noviolenta en Ucrania

Desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, la sociedad civil ucraniana se ha organizado de forma espontánea y valiente para contrarrestar la ocupación militar mediante cientos de acciones no violentas, que incluyen actos de desobediencia civil, bloqueo de carreteras, tareas de evacuación de civiles o campañas comunicativas. El informe La resistencia civil noviolenta ucraniana ante la guerra, elaborado por el profesor Felip Daza en el marco de un proyecto conjunto del ICIP y Novact, examina la resistencia civil noviolenta ucraniana entre febrero y junio de 2022 con el objetivo de identificar las dinámicas organizativas y las características de las diferentes acciones, su evolución y los impactos y soportes que han logrado.

El documento analiza un total de 235 acciones de resistencia civil no violenta, plasmadas en un mapa interactivo, e incluye un decálogo de recomendaciones dirigidas a gobiernos y sociedad civil ucraniana e internacional para reforzar la no violencia como vía de transformación de los conflictos.

El trabajo constata que algunas acciones de resistencia contribuyeron a frenar la invasión en el norte del país y obstaculizaron el proceso de institucionalización de la ocupación militar en sus primeras etapas. Asimismo, la noviolencia ha creado condiciones y estrategias para mantener la cohesión social y la resiliencia comunitaria ante el miedo y la incertidumbre provocadas por la invasión. También ha reforzado la gobernanza local, gracias al empoderamiento de los actores sociales y a una mejor coordinación con las autoridades locales.

La sociedad civil organizada también ha permitido construir un amplio sistema para el desarrollo de labores de evacuación, transporte y reubicación de personas afectadas por la violencia. Asimismo, la labor de monitoreo de crímenes de guerra desarrollada por las organizaciones de defensa de los derechos humanos ha evitado la indefensión jurídica de la población y ha empoderado a las comunidades a denunciar abusos.

Según el autor del informe Felip Daza “la respuesta civil noviolenta del pueblo ucraniano es una experiencia única que puede servir de inspiración para otros conflictos armados, pero sobre todo es la semilla para reconstruir el país y tejer alianzas regionales para detener la barbarie de la guerra”.

Metodología y tipología de acciones

La investigación se basa en un trabajo de campo sobre el terreno, efectuado entre los días 2 y 18 de abril de 2022, por parte del autor Felip Daza y la fotógrafa y operadora de cámara Lorena Sopena. Durante la estancia se recogieron datos y testigos a partir de entrevistas con 55 actores políticos y sociales del país, entre ellos representantes de instituciones públicas, ONG, activistas, académicos e instituciones religiosas.

La recogida de información ha permitido elaborar un mapa interactivo con 235 acciones noviolentas verificadas y sistematizadas, desde el 24 de febrero hasta el 30 de junio de 2022. Las acciones registradas se dividen en tres tipologías: acciones de protesta y disuasión (148), acciones de intervención noviolenta (51) y acciones de no cooperación (36). Las acciones más numerosas fueron las de protesta, entre las que se incluyen las manifestaciones y concentraciones públicas, registradas sobre todo en el sur del país, en las zonas bajo ocupación rusa, y durante las primeras semanas de la invasión.

A partir de abril, las manifestaciones se redujeron de forma drástica fruto de la represión, con detenciones arbitrarias y secuestros de activistas. Por el contrario, la resistencia adoptó una estrategia basada en acciones clandestinas, de desobediencia y no cooperación. Destacan, por ejemplo, iniciativas como las de colgar lazos de colores en los municipios, campañas de comunicación vía redes sociales, las cartas de dimisión firmadas por las direcciones de escuelas de Melitopol o la negativa de algunos docentes de dar clases con programas rusos.

Las acciones de intervención noviolenta se popularizaron al inicio de la invasión, con el bloqueo de tanques rusos por parte de la ciudadanía ucraniana y la construcción de barricadas. Estas acciones tuvieron un impacto directo, al hacer retroceder los objetivos militares de Rusia. El informe también constata que la resistencia civil no violenta contribuyó a frenar la invasión en el norte del país.

Recomendaciones

El informe incluye un decálogo de recomendaciones para gobiernos, organismos y sociedad civil de Ucrania y a nivel internacional, entre las que, apoyar material y financiero a las acciones de resistencia, crear programas de protección para activistas y de investigación de los crímenes de guerra, o incidir en el diseño de una seguridad que ponga en el centro a las personas y las comunidades.

El informe La resistencia civil noviolenta ucraniana ante la guerra (colección Informes ICIP) es fruto de un proyecto conjunto con Novact y con la colaboración de la Friedrich-Schiller-University Jena y la ONG alemana Corridors. El trabajo está disponible en formato electrónico en cataláncastellanoinglés y ucraniano.

Como parte del mismo proyecto, se ha publicado una serie de videos sobre algunas de las experiencias de resistencia noviolenta, disponibles en la web del ICIP y en el canal ICIPTube.

La Rosa Blanca, resistencia estudiantil contra el reich

La Weiße Rose, la Rosa Blanca, fue un grupo de universitarios que en la Alemania nazi abogaba por la resistencia no-violenta contra el régimen liderado por Adolf Hitler. Fundado en 1942, desapareció un año después cuando todos sus miembros fueron arrestados y ejecutados.

Los hermanos Scholl se refieren a los hermanos Hans y Sophie Scholl pertenecían a la Rosa Blanca, un movimiento de resistencia no violento en la Alemania nazi. Hoy en día, hay muchas calles y escuelas en Alemania que llevan el nombre de los hermanos Scholl. También hay un premio literario en su honor, el Geschwister-Scholl-Preis. Foto: CordonPress

En el apogeo del III Reich, nadie estaba a salvo de ser delatado, de los juicios arbitrarios o de ser ejecutado. Teniendo en cuenta esas peligrosas circunstancias, puede surgir la pregunta ¿no había nadie que hiciera algo al respecto? La respuesta es un rotundo sí. En aquella época surgieron algunos movimientos de resistencia formados por socialdemócratas o comunistas, había otros de carácter religioso, tanto católicos como protestantes, y otros estuvieron compuestos por intelectuales alemanes, como es el caso de un grupo de alumnos de la Universidad de Múnich conocidos como “La Rosa Blanca”.

HONRADEZ Y VERGÜENZA
Con el lema “la pluma contra la espada”, La Rosa Blanca era un grupo reducido de alumnos de la Universidad de Múnich, liderados por los hermanos Sophie y Hans Scholl. Junto a ellos había otros estudiantes como Christoph Probst, Willi Graf y Alexander Schmorell. El profesor Kurt Huber se uniría al grupo más tarde por recomendación de Sophie Scholl. La temible Gestapo, la eficaz policía política del Tercer Reich, sabía de las actividades de este grupo, pero era incapaz de frenar su expansión o de descubrir la identidad de sus miembros.

Inspirados por los sermones del obispo de Münster, el cual también era un firme opositor del nazismo, Hans y sus compañeros empezaron a distribuir panfletos escritos a máquina denunciando al régimen. Con frases tan incendiarias como “cualquier alemán honesto se avergüenza de su gobierno actual” o “un gobierno que comete los crímenes más horribles, crímenes que sobrepasan ilimitadamente cualquier medida humana”, los miembros de La Rosa Blanca afirmaron que cualquiera que no actuara era cómplice de esos crímenes y suplicaron a toda la población que se organizase en una gran “resistencia pasiva”.

LA GRAN ALEMANIA
La Rosa Blanca también denunció en un segundo panfleto las atrocidades cometidas contra la población judía: “Aquí vemos el más espantoso crimen en contra de la dignidad humana, un crimen que no tiene paralelo en toda la historia puesto que los judíos también son seres humanos”. Tampoco se mordían la lengua a la hora de criticar al Fiuhrer: “Todas las palabras que salen de la boca de Hitler son mentiras”. Llenos de referencias a Goethe, Aristóteles, Schiller, el libro del Eclesiastés o a Lao-Tse, los panfletos concluían con frases como éstas: “No guardaremos silencio” o “Somos su conciencia. La Rosa Blanca no los dejará en paz”.

A finales de junio y mediados de julio de 1942, estos panfletos aparecieron en buzones de correos y se difundieron entre los estudiantes afines al movimiento. El propio Hans, como miles de jóvenes de su edad, había formado parte de las Juventudes Hitlerianas y había creído en la gran Alemania que propugnaba Hitler. Pero a pesar de su patriotismo, todos creían que el gobierno nacionalsocialista ocultaba un lado oscuro y que su aclamado líder no era la persona que muchos creían. Durante la contienda, Hans, Schmorell, Graf y Probst fueron enviados al frente oriental donde pudieron comprobar en persona el descalabro militar tras la derrota alemana en Stalingrado donde 300.000 soldados fueron abandonados a su suerte por su propio líder.

EL FIN DE LA ASOCIACIÓN

Al regresar del frente, el grupo emitió dos panfletos más, en los que advertían de que tras el fracaso en Stalingrado la derrota final era inevitable. En dichos panfletos se formulaba una pregunta: “¿Tendremos que ser por siempre una nación odiada y rechazada por toda la humanidad?”. No conformándose sólo con los panfletos, Hans, Schmorell y Graf salían por las noches y hacían pintadas en la avenida principal de Múnich en las que podía leerse: “Abajo Hitler” y “Libertad”.

El 18 de febrero de 1943, Hans y Sophie, decididos a distribuir panfletos en la universidad, dejaron varios paquetes en los pasillos. Cuando estaban a punto de irse, Sophie vio que había unas copias en su maleta. Se dirigió a lo alto de una de las escaleras que daban a un patio y los lanzó, sin darse cuenta de que Jakob Schmid, el encargado de mantenimiento y un ferviente simpatizante del partido nazi, la estaba mirando. Rápidamente, Schmid cerró las puertas de la facultad y comunicó a las autoridades el incidente. Los hermanos fueron arrestados y trasladados al palacio de Wittelsbach, el cuartel general de la Gestapo, donde poco después también llegó arrestado Christoph Probst. Fueron interrogados durante varios días, pero se negaron a implicar al resto de integrantes del grupo. “Desde las llamas de Beresina y Stalingrado los muertos nos convocan”, ése fue el último panfleto lanzado por La Rosa Blanca.

¡QUE VIVA LA LIBERTAD!

El juicio contra los miembros de La Rosa Blanca fue, evidentemente, una pantomima. El encargado de dirigir el proceso fue Roland Freisler, un abogado, militar, político y presidente del Tribunal Popular o Corte del Pueblo, que llegó desde Berlín expresamente para ello y actuó más como fiscal que como juez. A lo largo del juicio, Freisler no dejó de gritar, de golpear la mesa y de tachar de traidores a los jóvenes acusados. Después de tres horas de juicio, el juez dictó sentencia: culpables de alta traición. Para aquel delito sólo había una pena: la muerte. Freisler estableció que fuera por decapitación, y tan sólo unas poca horas después de haberse dictado la sentencia, la tarde del 22 de febrero de 1943, se llevaron a cabo las ejecuciones.

Los padres de Sophie y Hans les visitaron antes de su ejecución y su madre les dijo: “Estoy orgullosa de vosotros”. Por su parte, el padre tuvo una acalorada intervención durante el juicio ante el temible juez Roland Freisler: “Si nadie defiende a mis hijos lo voy a hacer yo. Hoy somos nosotros, pero mañana será su turno, nosotros estamos en la verdad, pero usted no”. Sophie fue la primera en subir al cadalso donde esperaba la guillotina. Tras ella, le llegó el turno a Cristoph Probst. Hans Scholl, al grito de “que viva la libertad”, fue el último. Tras las ejecuciones, la Gestapo prosiguió con sus investigaciones y los demás miembros de La Rosa Blanca acabaron detenidos. Entre abril de 1943 y octubre de 1944 se celebraron los juicios que se saldaron con cuatro nuevas condenas a muerte y numerosas penas de prisión por colaboración.

Con la muerte de sus fundadores, La Rosa Blanca desapareció, pero sus palabras, la única arma que aquellos jóvenes idealistas emplearon contra el régimen nazi, no cayeron en el olvido. Una copia de su último panfleto cayó en manos del abogado alemán, contrario al nazismo, Helmuth James Graf von Moltke, quien, con la ayuda de colaboradores en los países nórdicos, hizo llegar el último panfleto a Londres. Los aliados lanzaron miles de estos documentos sobre Alemania desde sus aviones. Bajo el titulo El manifiesto de los estudiantes de Múnich, en ellos se podía leer: “Nuestro pueblo se alza contra la esclavización de Europa a manos del nacionalsocialismo en una nueva irrupción de libertad y honor”. Pero aquellos panfletos no provocaron ninguna oposición activa contra el régimen nazi entre la población alemana.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/rosa-blanca-resistencia-estudiantil-contra-reich_15388

España tiene el mayor agujero de gente joven de Europa

A la espera de que las políticas demográficas funcionen, el pronóstico para la región es que la tendencia de envejecimiento se agrave

Unos vecinos pasean por una de las calles del centro de Zamora,
una de las provincias más envejecidas de Europa

“No hay ningún tipo de industria, nuestros hijos no se pueden quedar aquí a trabajar. La gente mayor se muere y la juventud no se puede quedar porqué no hay pie de vida” vociferaba una vecina del pueblo zamorano de Otero de Bodas a una decena de micrófonos que se arremolinaban a su alrededor. Era junio de 2022 y los periodistas acudían atraídos por las llamas del incendio de Sierra Culebra, que a esas alturas ya habían devorado algunas casas del pueblo.

Los vecinos aprovecharon el foco mediático para gritar a los cuatro vientos la falta de oportunidades para la juventud. Otero de Bodas tiene 150 habitantes y ninguno es menor de 20 años. Lo que ocurre en este pueblo es extrapolable al resto de la provincia: Zamora es el territorio con menos jóvenes de Europa. Le sigue Lugo, el Alto Támega —en Portugal— y Ourense. En conjunto estas cuatro provincias colindantes conforman un agujero juvenil de más de 30.000 kilómetros cuadrados, el más grande de toda Europa: tan sólo entre el 13 y el 13,5% de la población tiene menos de 20 años, según Eurostat.

Sin jóvenes y muchos ancianos, estos territorios comparten una realidad parecida: entorno rural, un PIB per cápita que se encuentra en la mitad baja de sus respectivos países y una crisis de población. “Somos la España vaciada, quemada y olvidada de todo” esgrimía la misma vecina.

La España vaciada a favor de Madrid que funciona como aspiradora de talento juvenil. “La situación ha llegado hasta el punto que ya hay más zamoranos viviendo en Madrid que en la ciudad de Zamora”, argumenta Paco Requejo, presidente de la Diputación de Zamora. 

Hay más zamoranos viviendo en Madrid que en la ciudad de Zamora

Tanto en Madrid como en Barcelona, París, Berlín o Viena, que cuentan con un tejido empresarial que ofrece puestos de trabajo, la proporción de menores de 20 años oscila entre el 17 y el 21%. Todas ellas se sitúan alrededor de la media de la UE que es del 20%.

Frente a la despoblación y el envejecimiento cada provincia inventa su propia receta para retener a los jóvenes y atraer de vuelta a los que se marcharon. Desde la Diputación de Zamora han apostado por convertir su mayor debilidad, el envejecimiento de la población, en uno de sus mayores activos para crear puestos de trabajo. 

“Nuestra estrategia se llama Silver Economy y pretende crear nuevos puestos de trabajo promocionando las nuevas tecnologías para un mejor cuidado de nuestros mayores: atraer empresas de I+D+I para crear puestos de trabajo calificados y retener el talento joven” detalla Requejo.

A este plan se suman otras políticas como incrementar las partidas de ayuda a la natalidad, la emprendeduría o promocionar la casa de Zamora en Madrid para vender los productos de la región. Aún es temprano para evaluar el efecto de este tipo de políticas demográficas, que no empiezan a tener un retorno hasta medio y largo plazo.

Los pronósticos para estas regiones auguran que el agujero todavía se hará más amplio
Desde la diputación de Ourense, que se encuentra en una situación similar, también han apostado por facilitar ayudas a la natalidad, promover la digitalización de la provincia y facilitar el autoempleo. En Lugo insisten que a pesar de mantener una red de colaboración con los ayuntamientos para garantizar el acceso a los servicios esenciales, una gran parte de la responsabilidad recae en los presupuestos de la comunidad.

“Si la administración autonómica no garantiza la presencia de médicos, escuelas y cobertura a internet, las personas más jóvenes abandonan estas zonas”, detallan.

Además, si las políticas contra la despoblación no revierten la dinámica, estas provincias también seguirán vaciándose. Los mismos datos de Eurostat que vaticinan que la población se desplomará más de un 25% para esa fecha.

Desde los pueblos señalan las instituciones. En Otero de Bodas, los vecinos alarmados por las llamas gritaban a los políticos: “me da igual el color y la bandera, son todos iguales. Que se unan todos para cuidar esto.”. La respuesta la tendrán que dictaminarán las urnas en los comicios municipales y autonómicos. Próxima cita: mayo de 2023.

Las recetas

La lucha contra el envejecimiento

Zamora enfrenta el reto más arduo para los próximos años: evitar que los jóvenes se vayan y atraer de vuelta a los viven fuera. La diputación tiene la mayoría de sus esperanzas depositadas en el plan ‘Silver Economy’ para ser pioneros en la implementación de tecnología para el cuidado de los mayores. 

La idea es atraer empresas que puedan facilitar soluciones tecnológicas para mejorar la vida de los mayores tanto a nivel cultural, de turismo, deportivo y de asistencia en casa. Y que a su vez estos nuevos negocios que van a responder una necesidad del territorio, creen puestos de trabajo de calidad para los jóvenes que quieran quedarse o volver a formar una familia en su provincia.

https://www.lavanguardia.com/vida/20230130/8717471/espana-mayor-agujero-gente-joven-europa.html

Estado-Cloaca, Estado Neofranquista

Antonio García Ferreras y Juan Luis Cebrián

Que no falte el contexto
Vamos a ir por partes para que Ana Pastor no pueda alegar que falta contexto.

Gracias a Francisco de Goya y Lucientes cualquier visitante del Museo del Prado podrá apreciar en su “Familia de Carlos IV” algunos rasgos borbónicos característicos y repetitivos; entre otros, sus mutuas y entrecruzadas deslealtades e infidelidades. Además de un gran pintor, también fue un excelente Grabador y a él se debe, entre otras series, la dedicada a las salvajadas y los crímenes de unos y otros, los “desastres de la Guerra”. Murió en el exilio.

Por el contrario, el más popular Grabador del siglo XXI, José Manuel Villarejo Pérez, una excelente síntesis goyesca, un artista de los pies a la cabeza, sí que es un esforzado hijo del Reino de España; y no merece morir en el exilio. El genio esta vez ha resultado ser un policía español y patriótico. A pelo y con una Grabadora ha construido un cuadro irrebatible de la Corte de Juan Carlos I y Felipe VI, de la maquinaria de su Estado y el botín de sus miserias.

Él debe estar convencido que merece medallas y reconocimiento por los innumerables servicios prestados a la patria, pero se ha pasado cuatro años provisionales en el trullo y sigue metido en juicios. Pero igual le caen por las escaleras, porque en los Puestos de Mando andan, pero muy mucho, mosqueados ante el reparto por todas partes de copias de sus innumerables grabaciones. Ya advirtió que podía hacer mucho daño al Estado.

La “obra de arte” de Villarejo es de una obscenidad difícil de superar. Muestra y demuestra la articulación de la maquinaria del Estado encargada de la Guerra Sucia, y que ha resultado ser prácticamente todo el Estado. Policías, agentes secretos, políticos, jueces y fiscales, altos funcionarios del Estado, periodistas y medios de comunicación, poderosos empresarios… Cada uno en su rol, cada objetico sus procedimientos, cada etapa una misión. No se trata de las Cloacas del Estado, es el Estado-Cloaca. Y viene de muy lejos…

Un poco más de contexto. Medios de comunicación y periodistas.
Los que se deben estar forrando son los de las mensajerías, con tanto reparto de cintas. Recuerdo aquella masiva distribución de videos con la Exuperancia Rapú y su intrépido galán y periodista en plena faena, aquel que montaba dossiers contra todo el mundo; y si no te dedicaba uno es que no eras nadie. Pedro J. Ramírez fue, entre otras cosas, una pieza clave en aquello conocido como Sindicato del Crimen; un colectivo, y no solo periodistas, haciendo todas las maldades posibles (según lo reconoció en 1998 Luís María Anson (que ya venía de conspirar contra Adolfo Suárez) para echar del gobierno a los socialistas. Según algunas fuentes, eran expertos en juguetear (para decirlo finamente) con los dineros de la publicidad, de los negocios y de las reputaciones O sea que lo de Inda, Ferreras y Etc. viene de muy antiguo.

Mucho más contexto
Anson lo reconoció 9 años después del cese de Pedro J. Ramírez de la dirección de Diario 16. En aquella fecha andaba Ramírez buscando cómo echar al propietario y dando palos día sí, día también, al gobierno de Felipe González con todo lo que podía: Amedo, los Gal y la gota que quizá colmó el vaso de Juan Tomás de Sala, el editorial mofándose del ministro Semprún y llamándole “capullo”. Diario 16, tocado y hundido.

La operación de El Mundo a finales de 1989, el nuevo periódico de Ramírez, tiene su cosa. Hace ya algunos años se publicó un estudio que mostraba cómo sus lectores iniciales (captados de Diario 16) se posicionaban en la izquierda moderada. Tiempo después se ubicaban en la derecha. La persecución mediática al gobierno socialista no fomentó una audiencia más crítica, en busca de una nueva izquierda alejada de la “beatiful people”, de la guerra sucia, de las puertas giratorias y de sus contradicciones entre discurso y práctica. Provocó el descredito del PSOE y el final de un ensueño; y propició el desplazamiento de una parte de su electorado hacia un “marco mental” más conservador. Empezó en Diario 16 y culminó con El Mundo. Puro y exitoso “pastoreo” sociopolítico.

Contexto y texto
No fue el único caso de “pastoreo”. Ni mucho menos. Hay que reivindicar una operación más sutil. Más fundacional. La que nace en las cloacas periodísticas del franquismo que apadrinarán y ayudarán a alumbrar la Operación Transición Política y el Régimen del 78. Cloacas exquisitamente blanqueadas. Como solo se puede hacerse desde los salones del Poder. Los salones donde los Aporreadores de una generación transmiten a sus vástagos el Cuarto Poder Aporreador. O sea, desde “la ley a la ley” y desde el puesto de mando al puesto de mando.

Érase una vez, un periódico órgano del partido fascista español. Se llamaba Arriba. También, había un órgano de los Sindicatos fascistas españoles. Diario Pueblo, se llamaba; sutil ironía. Había mucho más, pero con estas dos cloacas bastará. Al frente de Arriba, Vicente Cebrián. En el de Pueblo, Emilio Romero. Además de compartir afinidades ideológicas, ambos eran muy buenos e íntimos amigos. El vástago llamado a recoger uno de los testigos sería Juan Luis Cebrián. Con 19 años ya era redactor jefe en Pueblo y muy poco después ocupaba su subdirección. En 1974 y con 30 años, es jefe de los servicios informativos de Radio Televisión Española.

Una carrera tan meteórica presagiaba un destino fulgurante y exclusivo: ser cofundador y primer director de El Pais. Así nace un nuevo periódico (4 de mayo de 1976) que, seis meses después de la muerte de Franco y autorizado por el fascista Arias Navarro (Carnicerito de Málaga por sus fechorías durante la guerra civil), se presentaba en sociedad con el propósito de posicionarse como el medio escrito de referencia para el antifranquismo y el izquierdismo. Y con un objetivo estratégico inmediato, contribuir al éxito de la operación de los franquistas reformistas en prejuicio de la ruptura democrática. Justificar la rendición. Misión: hacer creíble y deseable entre los antifranquistas el proyecto de Adolfo Suárez y colaborar, sobre todo en una segunda fase, en la creación del liderazgo de Felipe González, un “reformista” ejemplar. El resto de los periódicos, con muy escasas excepciones, ya estaban bajo el control de los Medios de Comunicación del Estado o de los propietarios privados fieles colaboradores de la dictadura. RTVE cumplió también su papel.

Las elecciones de 15 de junio de 1977 (las primeras en 40 años) eran importantísimas por razones obvias. En una Tribuna de El Pais de tres días antes, Juan Luis Cebrián reconocía:

“EL PAIS, a decir verdad, ni siquiera ha sido un diario de oposición. Ha colaborado con el poder hasta donde dignamente ha sido posible, no en la ocultación de informaciones – cosa que el poder hubiera deseado -, pero sí en la moderación de pareceres y actitudes”.

Y en el mismo texto lanzaba dardos, siempre sutiles, acusando a algunas izquierdas de modales “fascistas”: “La reacción de algunos partidos de izquierda a los editoriales recientes de nuestro periódico, nada tiene que envidiar en modales a la de ilustres colaboradores de la dictadura” ¿Se estaba refiriendo a los modales de su propio padre, que conocía a la perfección?

Por situar el contexto. Cebrián se estaba defendiendo de las críticas por un reportaje que su diario había dedicado a Adolfo Suárez: “Yo no digo que un reportaje a color de Suárez en un diario de gran circulación no le pueda favorecer…”

Todo parece indicar que Suárez había tocado a rebato. Según el semanario Cambio 16 que apareció el 1 de junio, “El presidente Suárez, relegado a un segundo término en la campaña electoral, ha decidido iniciar contactos privados con la prensa, por medio de reuniones semanales con destacados periodistas en el Palacio de la Moncloa. A Suárez le preocupa la pérdida de imagen que pudiera estar sufriendo mientras periódicos y revistas dedican grandes titulares a políticos de partidos adversarios de la Unión del Centro Democrático”. Diríase que el reportaje a color publicado tendría algo ver. Tal vez también tendría que ver que el mismo día que se publicaba esa información de Cambio 16, el editorial de El Pais (diario independiente de la mañana) decía: “El PSOE se verá ante la grave responsabilidad de administrar un resultado electoral que no es seguro sea capaz de digerir”. Y añade: El PSOE seguirá siendo un carrusel de verbalismo revolucionario y de hechos moderados”. Además, les acusa de “una verdadera crisis de identidad”. Todo eso en puertas de unas elecciones decisivas para consolidar la Monarquía y el proyecto reformista; y frustrar definitivamente la “ruptura democrática”. Y el día después, en su Tribuna, Cebrián reclama un pacto nacional: “Habrá que comenzar por arriba: estableciendo las bases constitucionales de una Monarquía…” Blanco y en vidrio.

El gran pacto de los Cebrianes. La prensa del franquismo (el padre) y la nueva prensa de la democracia (el hijo). La metáfora explícita del Pacto de las Familias. Controlando el Castillo de Naipes. Una clave sobre la que deberemos volver más adelante.

La “misión” del diario del grupo PRISA ha ido adoptándose al compás de los acontecimientos. El modelo bipartidista del Régimen del 78 corrió algún peligro cuando irrumpió un nuevo diario impreso en papel, Público (muy bien recibido por la audiencia), porque amenazaba la “moderación” del partido socialista y del electorado de izquierdas. El Pais se alzó frente al “fuego cruzado”.

Más tarde, la cristalización de un nuevo proyecto político, Podemos, y su posible sorpasso al PSOE pronosticado por las encuestas, movilizó a El País del director Antonio Caño, tanto como cualquiera de los otros Medios de las Cloacas. Tas solo lo hizo con mayor sutileza.

Y es que El País siempre ha estado donde se le necesitaba; en primera línea contra la izquierda no domesticada y contra el independentismo catalán. Exactamente los objetivos estratégicos del Reino de España que nació para matar el 18 de julio de 1936. (En este artículo que publiqué hace ya algunos años pueden seguirse muchas de las piezas del puzle fundacional franquista); y siempre a favor de la Monarquía y del Régimen del 78, demostrando su lealtad con los silencios (cómplices) durante décadas sobre la corrupción en la cúspide del Estado, la guerra sucia, la práctica de torturas y los muchos chanchullos…

Durante la llamada Transición, una etapa que debería denominarse la “Adaptación”, la mayor parte del resto de los medios de comunicación, eran propiedad del Estado o estaban a su servicio. Cumplieron con las instrucciones del Gobierno. Estaban acostumbrados. Durante 40 años habían formado parte del aparato ideológico del franquismo, en amigable camaradería con el partido único (FET y de las JONS-Movimiento Nacional), la Iglesia Católica y el sistema educativo. Por cierto y no en balde, la Iglesia ha continuado controlando a cientos de miles de alumnos a través de sus 2.400 colegios concertados en los que continúan adoctrinando con los más de 4.000 millones de euros anuales que reciben del actual Estado “laico”; una Iglesia que se proyecta también en los medios a través de la COPE y 13TV, donde no dan respiro a la izquierda ni al independentismo. Podríamos añadir sus homilías, hojas parroquiales y declaraciones de la jerarquía. Todo por la Patria. Salvo honrosas excepciones, la mayoría de los medios han seguido en la tarea durante los últimos 45 años.

El Estado-Cloaca
Las cloacas no solo utilizan periodistas y medios. Una inestimable aportación de las cintas de Villarejo (rindamos homenaje también a los Papeles de Bárcenas) es que está dibujando el funcionamiento de los elementos de la maquinaria y su ensamblaje. Cloacas, a fin de cuentas, aunque no siempre ni todos se ensucien directamente las manos. Su larga continuidad y la diversidad funcional de sus partícipes demuestra el carácter sistémico de las Cloacas, de su lógica constitutiva, de la naturaleza del Estado-Cloaca. En su origen, el Régimen del 18 de julio, un Estado-Cloaca, que también fue un Estado-Mafia.

El Reino de España es una estructura estatal, con sus cloacas “sucias” y sus cloacas “limpias” bien coordinadas, creada al servicio de unas élites que llevan ejerciendo el poder desde hace mucho tiempo.

Continuará, porque nos queda mucho texto y mucho contexto. Los que puedan, disfruten de un buen verano.

Al sur de la frontera

Documental producido y dirigido por Oliver Stone, realizado en 5 países de Latinoamérica con entrevistas a ex y actuales presidentes, tales como Hugo Chavez, Lula da Silva, Cristina Fernandez de Kirchner, Rafael Correa, Evo Morales, Néstor Kirchner, etc.

La cinta examina asimismo las políticas económicas de libre mercado favorecidas por los gobiernos de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional durante los últimos años, y cómo estas han favorecido las grandes disparidades económicas de los países latinoamericanos.

Sugiere asimismo que la colapso del peso argentino en 2001, junto a las sospechas de los planes de erradicación de narcóticos y el descontento por la venta de los recursos naturales a las multinacionales, también han contribuido en la región al ascenso de líderes socialistas y socialdemócratas.

La Barcelona o la societat amnèsica

L’Ajuntament de Barcelona va convocar una festassa, amenitzada per Comediants, per celebrar la retirada de l’estàtua de l’empresari, mecenes i primer marquès de Comillas, Antonio López y López (1817-1883), un català, amb orígens càntabres, que es va fer ric amb el comerç d’esclaus. Van acudir a la festa un miler de persones, incloent-hi un munt de nens que xalaven amb els números de circ, els tallers de plastilina, la xocolatada i la música d’Always Drinking Marching Band i del grup africà Djilandiang.

Festa per la retirada de l’estàtua d’Antonio López

Abans que una grua retirés l’estàtua del gran sòcol —el qual, per cert, continua al mateix lloc sense que n’hagin retirat unes al·legories més aviat sospitoses ni el nom de qui el coronava—, el cel de Barcelona va retronar amb els habituals focs artificials. La fanfàrria mediterrània de petards i festa provoca sempre l’admiració de grans i petits. Va ser un acte d’exorcisme com és degut. A falta de polítiques públiques de veritat, Barcelona en Comú sobreviu amb el recurs d’exalçar els simbolismes. Digueu-me quin biaix tenen els cerimonials simbòlics i us diré de quin peu calcen els que els organitzen.

L’estàtua-retrat en bronze d’Antonio López va ser esculpida per Venanci Vallmitjana i es va inaugurar el 13 de setembre del 1884. El 26 d’agost de 1936, l’estàtua va ser enderrocada per primera vegada i el bronze va ser destinat a les indústries de guerra. Acabada la Guerra Civil, Frederic Marès, diguem-ne un reputat escultor del règim, va refer el monument però va utilitzar pedra en lloc de bronze per a l’estàtua principal.

Tot això ho va explicar la meva amiga Judit Subirachs i Burgaya en un llibre excel·lent: L’escultura del segle XIX a Catalunya (1994). En repassar-lo m’he refermat en la idea que allò que està matant les ciutats és l’exhibició descarada de la ignorància, de la uniformització ahistòrica, que converteix els centres urbans en centres comercials a l’aire lliure sense ressaltar el que tenen d’històric els edificis que alberguen les grans i idèntiques marques que un transeünt pot trobar a Barcelona, a París o a Budapest. Als nens els enganyem amb llepolies en comptes d’ensenyar-los a gaudir de la ciutat històrica.

De l’ànima profunda d’una urbs que, com no podria ser d’una altra  manera, és feta amb retalls del passat que se superposen. Personalment, per exemple, em fascinava que l’estàtua del negrer i fundador de la Transmediterrània estigues a tocar, gairebé davant per davant, de Barcelona Head, l’escultura de grans dimensions de l’artista gràfic i escultor nord-americà Roy Lichtenstein, realitzada en col·laboració amb l’escultor extremeny Diego Delgado Rajado, i que es va instal·lar al moll de la fusta amb motiu dels Jocs Olímpics del 92. L’art públic urbà hauria d’adquirir la categoria dels estrats geològics i esdevenir la mesura del temps d’una ciutat.

Barcelona és, sobretot, un museu a l’aire lliure del segle XIX, amb illes setcentistes o gòtiques que en reforcen el sentit històric. Només caldria ajudar a interpretar-lo. Cluquin els ulls i imaginin-se que arrenquen a caminar des del carrer dels Montcada fins a l’estació de França, passant pel Born. En un espai tan reduït com aquest, s’hi condensa la història de la Catalunya medieval, moderna i contemporània. Una vegada vaig acompanyar uns amics japonesos a visitar les restes del Born. En van quedar admirats. Però el que més em va sorprendre va ser que, alçant la mirada cap amunt, va i em diuen: “El que ens agrada molt és l’edifici que han construït per preservar el jaciment”. Vaig quedar astorat. Va ser llavors que se’n va acudir que calia musegrafiar millor la ciutat. De passada ens estalviaríem els debats estèrils sobre la idoneïtat d’haver recuperat les restes del barri que va ser destruït per la repressió posterior al 1714. El Born no és un santuari nacionalista. És l’explicació més o menys ben resolta de la història d’una ciutat i té un aire, sense ser ben bé el mateix, del Covern Garden de Londres.

Els proposo un d’aquests itineraris imaginats. Baixin des de l’Arc de Triomf pel passeig de Lluís Companys (abans Saló de Sant Joan i durant la República de Fermín Galán i en època de Franco de Víctor Pradera), fins a les estàtues de l’alcalde Rius i Taulet (de Manel Fuxà i Pere Falqués 1897-1901), impulsor de l’Exposició Universal de 1888; de Roger de Llúria (de Josep Reynés 1885) i del pintor Antoni Viladomat (de Torquat Tasso 1888). Contemplin entretant l’estàtua de Pau Claris —deguda a Rafael Atché el 1917, retirada el 1939 i reinstal·lada el 1977—, i l’actual seu del Tribunal de Justícia, que es va començar a construir el 1887 i no es va inaugurar fins al 1908. L’estil de l’edifici és força eclèctic i en van ser responsables els arquitectes Enric Sagnier i Villavecchia i Josep Domènech i Estapà.

El conjunt contrasta amb l’estil modernista dels fanals del passeig, dissenyats per Pere Falqués, que són com guardians en la nit. Després entrin a la Ciutadella i topin amb l’estàtua eqüestre del general Prim (1887), obra de Lluís Puiggener, i facin un tomb pel parc, avui seu del Parlament, però que al segle XVIII es va concebre com un fortí, i el 1888 va acollir l’Exposició Universal. Ara té un aire de decadència impropi del que hauria de ser l’entorn de la seu de la sobirania popular. Des d’allí poden encarar l’avinguda del Marquès de l’Argentera (abans d’Eduard Maristany) i triar quin dels dos grans edificis d’arquitectura de ferro volen contemplar: el mercat del Born (ideat per Josep Fontserè i l’enginyer Josep Cornet i Mas, 1876) o bé l’estació de França (de Pedro de Muguruza, Raimon Duran i Reynals i Andreu Montaner i Serra, 1924-29).

Poden continuar avinguda avall cap al monument dedicat a Colom —un conjunt de ferro i pedra concebut el 1888 per Gaietà Buïgas i Monravà, que també caldria retirar si seguíssim la lògica d’Ada Colau—, i entretenir-se al Pla de Palau amb la Font del Geni Català (de Fausto Baratta i Francesc Daniel Molina, 1856) i els frisos dels porxos d’En Xifré, en un dels edificis més moderns de la seva època (1836-1840), del qual fins i tot es diu que va ser dels primers a tenir aigua corrent. És on hi ha el Restaurant 7 Portes.

Després podem passar per la plaça del duc Medinaceli, on hi ha la font-monument dedicada a l’almirall de l’armada medieval catalana Galceran Marquet, erigida el 1851, i explicar allà mateix els efectes de la desamortització eclesiàstica de 1835, que va afectar el primer establiment de l’orde franciscà, el convent de Sant Francesc, construït al segle XIII i enderrocat el 1836. On hi havia el convent ara hi ha la seu de la CNT. Paradoxes del temps. Els quadres de l’antic convent framenor van ser retirats per la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi abans de l’enderrocament i avui s’exposen al Museu Nacional d’Art de Catalunya. No hi ha res que ho indiqui.

Quan encara amb els ulls closos arribin a l’alçada de la Porta de la Pau, posin-se d’esquena al mar i busquin al començament de la Rambla, a mà dreta, l’Al·legoria del Comerç i de la Indústria (de Venanci i Agapit Vallmitjana, 1858-59) en una porta, ara inutilitzada, del lateral del Departament de Cultura, que abans donava entrada a l’antic Banc de Barcelona. Quin itinerari més bonic i ple d’història, oi?

Ara, però, si vull explicar als meus amics estrangers que Catalunya també havia estat un país esclavista, els hauré d’ensenyar una postal del monument d’Antonio López que ha estat retirat absurdament. Qui vulgui comparar el significat d’aquesta estàtua amb la polèmica i els disturbis generats per la retirada de l’estàtua del general Robert E. Lee a Charlottesville, senzillament fa demagògia.

És impensable que a Barcelona algú s’atrevís a convocar una manifestació supremacista als peus del negrer català, com sí que va passar amb els nostàlgics confederats nord-americans. Les accions polítiques han de guardar proporció amb el context on es donen i al dany o al benefici que provoquen.

David Rieff, un reconegut historiador i reporter nord-americà, fa temps va publicar dos llibres, Against Remembrance (2011) i In Praise of Forgetting (2016), tot i que el segon és una ampliació del primer, amb capítols idèntics entre l’un i l’altre. Aquest veterà corresponsal de guerra, fill de la gran Susan Sontag, és al·lèrgic al culte del passat. Arran d’haver palpat l’horror des d’inferns tan diversos com ara Irlanda del Nord, Bòsnia, Rwanda, Libèria, Sierra Leone o Kosova, ha fet seu un consell de Philip Roth: “recorda oblidar”. Les reflexions de Rieff no són fetes a la babalà. Escriu que al principi acceptava acríticament la cèlebre frase de l’assagista i filòsof hispano-nord-americà George Santayana (va néixer a Madrid el 1863 i va morir a Roma el 1952): “Aquells que no poden recordar el passat estan condemnats a repetir-lo”. Però el seu entusiasme memorialista va anar minvant amb l’impacte sobre seu de l’horror que diu així: “En tots aquests llocs [on va fer cròniques dels conflictes] vaig poder veure els efectes nefasts de l’ús de la memòria com a arma de guerra”. La memòria pot ser, certament, una arma llancívola perquè es basa en la regla, sempre arbitrària, de tants caps, tants barrets.

El temps tot ho cura, però. Almenys això diuen, sobretot si fem ús de la història i ens oblidem de la memòria, que n’és l’abús, perquè engalipa més que no pas explica. Recordar és un acte ètic, si es vol. I de vegades és necessari, sempre que no esdevingui un acte de fe. La política barrejada amb la religió, que és el que són les ideologies totalistes, és molt perillosa. La història és una altra cosa, atès que és font de coneixement i es construeix amb dades i no pas amb percepcions o opinions preconcebudes.

Historiar una ciutat és omplir-la de vida. És recrear-la i modificar-la alhora, perquè està feta amb les capes del temps. És un espai viscut. Només cal explicar-lo, com l’exercici que acabo de fer aquí. Gerardo Pisarello, doctor en Dret i tinent d’Alcalde de l’Ajuntament de Barcelona, va insistir a dir durant la festa de celebració de la retirada de l’estàtua d’Antonio López que aquella decisió era “un acte de reparació. El colonialisme i l’esclavatge són els pitjors productes de l’espècie humana”. Oh, i tant! Però la història no és cap judici sumaríssim. Reparar i recordar és possible. En canvi, fomentar l’amnèsia ciutadana converteix les ciutats en un geriàtric ple de malalts d’Alzheimer o en una guarderia de pàrvuls permanents. Els il·luminats que creuen tenir visions celestes de la vida així ho voldrien.

Publicat a elnacional.cat, 19/03/2018

Apàtrides de Bielorússia per lluitar contra l’última dictadura d’Europa

Lukaixenko imposa una llei per deixar sense nacionalitat els opositors bielorussos a la diàspora

Dones bieloruses que es quedaran sense pasaport
Alena Turava, Ana Mikalitxik i Margarita Yarmats. PAU DE LA CALLE

Oposar-se a l’últim dictador d’Europa es paga car. El règim d’Aleksandr Lukaixenko, que va ofegar les protestes prodemocràtiques de l’agost del 2020 amb el suport decisiu de Vladímir Putin, ara ataca la diàspora. Les dones i homes bielorussos que l’han denunciat a fora de les fronteres del país s’arrisquen a perdre la nacionalitat i quedar com a apàtrides. És el cas de l’Alena, l’Anna i la Margarita, de l’Associació Razam de Bielorussos a Catalunya.

“Apàtrides… sona molt fort”, reflexiona Alena Turava, presidenta de l’associació: “Almenys tenir un país que et reconegui, no?” Aquesta guia turística de 48 anys i les seves companyes -la majoria dones- no van dubtar ni un minut quan van veure desenes de milers de persones als carrers de Minsk denunciant el frau electoral massiu de fa dos estius: Lukaixenko, després de 26 anys al poder, s’havia proclamat guanyador de les eleccions amb un resultat oficial de més del 80% dels vots que ningú es creia. Com que no té la nacionalitat espanyola i no la podrà obtenir fins d’aquí dos anys, si els tribunals bielorussos la condemnen es quedarà sense passaport, de manera que no podrà sortir fora de l’estat espanyol. I si la situació s’allarga tindrà problemes per renovar la targeta de residència a Espanya, un tràmit que requereix un passaport en vigor.

 

L’Alena, l’Anna i la Margarita, tres bielorusses opositores que viuen a Catalunya en un moment de l’entrevista PAU DE LA CALLE
El president rus Vladímir Putin i el president bielorús Aleksandr Lukaixenko amb el responsable de Roscosmos, Dmitri Rogozin DPA/ EUROPA PRESS

Els familiars de Turava a Bielorússia han estat interrogats pel totpoderós KGB -Bielorússia, que es va independitzar de l’antiga URSS el 1991, ni tan sols es va molestar a canviar el nom dels temuts serveis secrets del Kremlin-. Els van preguntar per les seves activitats a Barcelona. “Totes les nostres denúncies sempre han estat públiques, les hem difós a les xarxes socials”, recorda. Es van manifestar davant el consolat bielorús a la rambla de Catalunya fins que el cònsol honorari va plegar, van protestar en una fira a Lleida contra els plans per comprar autobusos elèctrics a una fàbrica estatal de Minsk i van posar el crit al cel quan van saber que un partit de matriu estalinista a Catalunya promovia l’agermanament d’Amposta amb una ciutat industrial bielorussa. La diàspora també s’ha mobilitzat contra la invasió d’Ucraïna i tem que Putin es cobri els favors prestats a Lukaixenko arrossegant el seu país a una guerra que “a Bielorússia ningú vol”, assegura l’activista.

Acusats d'”extremisme”

El règim de Lukaixenko reprimeix sistemàticament tota forma de dissidència i segons els organismes de drets humans hi ha uns 1.500 presoners polítics al país. Ara li toca el torn a l’oposició a fora. El 21 de desembre el Parlament bielorús va aprovar canvis a la llei de ciutadania perquè els dissidents que viuen fora del país i que hagin estat condemnats per “participació en una organització extremista” o per “danyar greument els interessos de Bielorússia”, entre molts altres delictes, els puguin retirar la nacionalitat. Contra el que preveu el dret internacional i la mateixa Constitució del país, aquesta condemna s’aplica també als que no tenen una segona nacionalitat, de manera que a la pràctica es converteixen en apàtrides. A l’estiu s’havia modificat una altra llei per permetre jutjar la gent a l’exili en absència, mitjançant un “procediment especial”, sense que ni tan sols els siguin notificats personalment els càrrecs de què se’ls acusa. 

La de Bielorússia no és la primera dictadura que castiga els opositors a l’exili deixant-los sense nacionalitat. El règim de Franco va fer el mateix amb els republicans que els nazis havien detingut i empresonat en camps de concentració. Un tribunal de Minsk va sentenciar en absència dilluns passat a 12 anys de presó l’exnedadora olímpica Aliaksandra Herasimenia i l’activista Aleksandr Opeikin, que van ser declarats culpables d’haver atacat la seguretat nacional i haver creat una organització extremista. El seu “crim”?: haver fundat el 2020 el Fons Bielorús de Solidaritat Esportiva, una organització que ajuda els atletes del país perseguits pel règim. Fins a 14 persones més tenen procediments especials oberts, entre les quals membres del grup opositor Consell de Coordinació, els defensors dels drets humans del grup Viasna (que va ser guardonat aquest any amb el Nobel de la pau) i els promotors del grup de Telegram El llibre negre de Bielorússia, que denunciava els agents i jutges implicats en la repressió de les protestes. 

“A Bielorússia vas a la presó per un missatge a Telegram”

Com Turava, les seves companyes fa dues dècades que viuen i treballen a Catalunya i aquí han nascut els seus fills o nets, però elles mai s’havien plantejat sol·licitar la nacionalitat espanyola. “Tenia el permís de residència i mai l’havia necessitada, però quan vaig veure com actuava el règim la vaig sol·licitar al juny. Ja he fet l’examen, però ens diuen que els tràmits s’allarguen dos anys”, explica Margarita Yarmats. Ella també sap que consta a les llistes negres perquè a la seva galeria d’art va organitzar una exposició de fotografies amb el títol La revolució de Bielorússia té rostre de dona. “A Bielorússia vas a la presó només per haver rebut un missatge de Telegram que critiqui el govern”, recorda. 

L’activista bielorús Ales Bialiatski, opositor al règim i que treballa al grup Viasna, l’organització que ha guanyat el Nobel de la pau 2022. REUTERS
Maria Kolesnikova, l’opositora bielorussa que es va enfrontar a Lukaixenko i que darrerament ha tingut problemes greus de salut a la presó. RAMIL NASIBULIN/ AFP

L’Anna Mikaltxik és una administrativa de 44 anys que en fa 19 que viu a Catalunya. “Dono per fet que estic fitxada pel KGB perquè he participat en les manifestacions d’aquí a cara descoberta. El meu passaport caducarà el desembre de l’any que ve i evidentment no puc tornar a Bielorússia a renovar-lo perquè no vull acabar a la presó com molts dels nostres activistes que ara estan intentant sortir clandestinament del país”, explica. Recorda que quan l’any passat un opositor bielorús va aparèixer penjat a Polònia, ella va dir al seu marit: “Si un dia desaparec, busca’m al bosc, perquè no tinc cap altre enemic que el règim de Lukaixenko”. Però l’Anna no perd l’esperança. Assegura que “quan” caigui el règim i tinguin democràcia recuperarà la nacionalitat.

https://www.ara.cat/internacional/europa/apatrides-catalunya-lluitar-l-ultima-dictadura-d-europa_130_4587073.html

Rafael Argullol: “Crec que es pot considerar la tragèdia del món i, alhora, dir sí a la vida”

Filòsof, escriptor i catedràtic d’estètica i teoria de les arts (UPF)

El professor Rafael Argullol (Barcelona, 1949) manté la seva lúcida capacitat d’analitzar el món des de la filosofia i l’art. Aquest 2023 ho farà a través de deu llibres compilats en un volum de “preguntes bàsiques”, en diu, sobre temes com la llibertat i la veritat. La idea d’Europa, l’humanisme, l’extrema dreta i el mirall de les xarxes socials: tot alimenta el gruix d’un pensador que escriu tant a prop del soroll de l’actualitat com del silenci de la poesia.

En moments d’incertesa mirem als filòsofs a la recerca de respostes. ¿En aquest moment té més respostes o més preguntes?

— Més preguntes. Jo no em considero filòsof, em considero cercador de coneixement i de llibertat. Com diu l’etimologia de la paraula, som amants o entusiastes del coneixement, no tant posseïdors del coneixement. La nostra arma són les preguntes. Les respostes, quan hi ha respostes, són sempre provisionals, transitòries. Un ha de treballar el món de les preguntes i això ens acosta a l’art, que és un espai a través del qual l’home s’ha fet preguntes i ha donat respostes sensorials limitades a través de les obres. Però la cultura és sobretot un gran dipòsit de preguntes.

Ha estat treballant durant els últims quatre anys en un llibre que sortirà al maig.

— És un llibre molt extens, de mil pàgines, i està dividit en deu llibres. El primer es diu llibre de la veritat, el segon de la restitució, n’hi ha un de la jovialitat, de la llum, de l’afinitat, de la llibertat… Són una sèrie de preguntes que jo em faig respecte a mi i respecte a l’època que m’ha tocar viure. ¿M’he dit la veritat, he estat lliure, he restituït allò que se m’ha donat?

¿Té resposta a la pregunta de què és la veritat?

— És de les preguntes més antigues i més difícils de contestar, perquè mentim contínuament. Des que som petits ens ensenyen que l’estratègia vital per sobreviure és no afrontar les coses sempre com una veritat crua. Per tant, la vida és una indagació sobre la veritat. Als Evangelis, a la part de la passió, quan Jesucrist diu “vinc a donar testimoni de la veritat”, el prefecte romà Ponç Pilat li diu: “Què és la veritat?” I se’n va. Aquesta pregunta plana sobre els segles i sobre les diverses cultures. Crec que és important dir-li a l’ésser humà que la veritat ens permet viure la vida d’una manera més rica. Sobretot hem d’intentar no mentir-nos a nosaltres mateixos.

¿Vivim precisament en un moment en què excel·leix la mentida col·lectiva? Estic pensant en les xarxes socials.

— És un moment en què la mentida col·lectiva té un cert prestigi. La mentida col·lectiva sempre ha existit, a tots els segles, a totes les cultures, el que passa és que hi havia com una muralla davant d’aquesta mentida col·lectiva que pretenia desprestigiar-la i intentar lleis, comportaments, conductes que cerquessin la veritat. El que és peculiar i perillós és que a la nostra època hi ha una indistinció entre la veritat i la mentida, i aquesta indistinció no és penalitzada, fins i tot hi ha vegades que és elogiada i premiada.

Ara fa 30 anys que vostè va publicar El cansancio de Occidente, el diàleg amb Eugenio Trias. ¿S’ha redreçat aquest rumb?

— En alguns aspectes la situació ha variat molt, sobretot pel predomini de les noves tecnologies. L’any 92, que és l’època olímpica en què escrivim aquest llibre, hi havia l’existència d’ideologies i de tradicions culturals que llavors semblaven molt fermes i ara, en canvi, no ho semblen. Un dels fets distintius de la nostra època és com avances cap al futur sense capacitat per mirar al passat, analitzar-lo i reflexionar-hi. Es descarten molts dels exemples de la gran cultura que havien sigut fars per a l’home europeu, per a l’home occidental i per a l’home en general.

¿La incapacitat de reflexionar sobre el passat és, per tant, una incapacitat d’aprendre?

— Tenim una gran incapacitat de memòria. Cedim la memòria a la tecnologia. Moltes coses que abans sabíem de memòria ara confiem que internet ens les digui. Però no únicament cedim les dades a la tecnologia, sinó la capacitat de reflexió. Per exemple la cultura. La cultura no és una dada concreta. Si jo pregunto per Voltaire, no cal saber qui és Voltaire, es mira a internet. Si pregunto per la Il·lustració, igual. Si pregunto per la Revolució Francesa, igual. Tot això es trobarà a internet més o menys ben explicat, però el que internet no farà serà lligar Voltaire, Il·lustració i Revolució Francesa. La capacitat d’interrelació que en efecte és la cultura tenia o té un dels seus eixos principals en la memòria. Per això els grecs a la memòria, mnemòsine, la posaven com la matrona de les arts. La memòria és la capacitat d’interrelació, i això també en la nostra vida personal i col·lectiva. En el moment en què perdem la memòria de nosaltres mateixos, de la nostra vida, perdem d’alguna manera la nostra humanitat.

¿Sense memòria, capacitat de concentració ni capacitat d’interconnectar, ens aboquem a un temps de frivolitat?

— Diria de fragilitat. Una manca de defenses, una manca de capacitat de resistència, una manca de capacitat de concentració, això porta a una fragilitat. L’ésser humà està immers en una mena de tirania de l’actualitat contínua que fa que allò que avui és decisiu i molt important potser demà o demà passat ja no es considera o no existeix, i això el porta a una sensació que els seus referents són escassos, una sensació de nuesa.
És una paradoxa perquè en teoria tenim l’ésser humà més armat tecnològicament de tota la història de la condició humana, però això, al mateix temps, va acompanyat d’una nuesa espiritual i fins i tot una nuesa mental considerable.

I com evitem aquesta fragilitat o nuesa? Amb l’humanisme?

— L’humanisme que hem d’intentar ha de tenir en compte la fi de l’egocentrisme, la fi de tants prejudicis de tot tipus que tenia la nostra cultura, fins i tot és un humanisme que ha de tenir en compte que l’home no es pot considerar el centre del món en el sentit absolut, sinó que s’han de considerar tots els éssers vius, el cosmos. És a dir, d’una manera egoista no podem proclamar que l’home és el centre del món, com el vell humanisme feia.

Com accedim a aquest nou humanisme?

— Hi ha dos corrents contraposats. Aquest predomini de la tecnologia que porta potser una pèrdua de la memòria, de referents, etcètera, sembla que podria anar en contra de l’humanisme. Però en els últims 20 anys el nou humanisme ha afrontat de cara molts prejudicis que tenia el que hem anomenat civilització i cultura. En aquest sentit, les desarticulacions més o menys revolucionàries que s’estan produint a la nostra època en el terreny de la raça, del sexe, en tots els terrenys que estaven oblidats, són molt interessants per a la construcció d’un nou humanisme.

¿Aquest nou humanisme té una revolució clau en el lloc de les dones al món?

— Indubtablement és un aspecte molt important, potser el més destacat, però també és molt important la nova relació que molts proclamen amb el planeta, amb la terra, amb el cosmos, amb els animals. Jo aquest estiu he estat llegint molt Simenon, i és un escriptor molt important i molt interessant, pràcticament un Balzac del segle XX, però els prejudicis que hi ha a la narrativa de Simenon, com en tots els escriptors del segle XIX, farien que molta gent s’escandalitzés actualment. Em penedeixo d’haver llegit un 80 per cent de llibres que tenien contingut antijueu, perquè això era habitual a la historia de la cultura europea, de la mateixa manera que era habitual el contingut racista i el contingut masclista.

¿Potser ara sí que haurem d’arribar a la conclusió que, malgrat el que sembla, evolucionem?

— Per això deia que es troben dos corrents contraposats, un que ens despulla i un altre que ens vesteix de manera diferent de com anàvem. I si això passa amb una certa saviesa, ens pot ajudar en aquest nou humanisme i pot facilitar un futur per a la condició humana.

¿Aquest nou humanisme com dialoga amb una Europa en guerra?

— L’humanisme vell va dialogar sempre amb situacions de guerra. L’humanisme reneix al Renaixement amb guerres contínues. El Renaixement es fa a Florència amb la pesta negra molt recent i amb guerres i lluites contínues. Montaigne escrivia assajos meravellosos a 20 quilòmetres del front de guerra al sud de França. Aquest nou humanisme ha d’apel·lar a la no-guerra, com feia l’antic, però amb les condicions actuals. Per posar un exemple, la invasió russa d’Ucraïna és totalment injusta i injustificada, però s’ha de tenir en compte que el manteniment de la geopolítica antiga també és injust. Intentar mantenir l’OTAN com el bloc hegemònic al món xoca amb la nova realitat del món, i per això la Xina, l’Índia, etcètera, no es conformaran que les coses siguin igual que al segle XX.

Europa ha de ser un territori flexible i obert a les migracions ”

Quina és la seva idea d’Europa?

— De les idees polítiques, la que més il·lusió m’ha fet a la meva vida és la idea d’Europa, però la idea que jo tenia és la de Goethe, de Rilke, de Valéry; és a dir, d’una Europa creativa des del punt de vista espiritual i cultural. Això ha estat substituït per una Europa que està massa construïda en termes burocràtics i centralistes, i en termes, per què no dir-ho, de corrupció, com s’està veient aquests dies. L’Europa unida a la qual podem aspirar és la dels primers grans pensadors, però tenint en compte que Europa de cap manera es pot plantejar recuperar la posició colonial o neocolonial, això és obvi. Europa ha de ser un territori flexible i obert a les migracions, fins i tot per necessitats demogràfiques.

¿La seva és una visió optimista de la realitat?

— Jo soc optimista o pessimista depenent de com em va el dia des del punt de vista emocional. El primer grau de coneixement de la veritat és saber com estàs tu. Els dolors i plaers de la humanitat no deixen de ser abstractes enfront del nostre plaer i el nostre dolor. Crec que es pot ser capaç de considerar la situació tràgica del món i, alhora, voler dir sí a la vida. No únicament sobreviure sinó viure. Per això torno al començament: un ha de viure per poder viure la vida dels altres, de la mateixa manera que un ha de tenir amor propi per poder estimar.

Però vivim un auge de la ultradreta. És un fruit humà més?

— M’indigna que quan es parla de Hitler o del nazisme es digui que és una cosa inhumana… Tant de bo fos diabòlica i inhumana! El problema és que va ser humana. Jo crec que els populismes d’ultradreta actuals són la conseqüència de l’enfonsament de les ideologies il·lustrades i romàntiques en la segona meitat del segle XX. El segle XXI és bastant orfe d’ideologia i, lligat amb l’amnèsia, és molt més fàcil que surtin a l’escenari bruixots que t’ofereixin curacions i salvacions immediates.

¿Per això nosaltres som més orfes en certeses?

— Som orfes en certeses perquè les velles ideologies humanístiques creaven complicitats entre aquells que hi participaven, i nosaltres tenim la sensació de campi qui pugui. Les noves tecnologies també juguen un gran paper d’emmascarament: la gent es creu que ja està connectada, però no està connectada amb profunditat. I com a conseqüència, un dels aspectes importants de la nostra època és el sentiment de soledat, del qual se n’ha parlat força últimament.

Estem més a la intempèrie.

— Estem més a la intempèrie, sí.

https://www.ara.cat/cultura/rafael-argullol-tragedia-vida-humanisme-ultradreta-cultura_128_4583137.html

Rafael Argullol: “El hombre con miedo es proclive a creer en fanatismos”
https://www.elmundo.es/papel/cultura/2019/02/08/5c5c059afc6c83526a8b466b.html

Sixena: ferides molt obertes

L’11 de desembre del 2017, la Guàrdia Civil va ocupar el Museu de Lleida per endur-se els béns del monestir

El fotògraf Jordi V. Pou va documentar, per encàrrec del museu, tots els passos del requisament. JORDI V. POU (MUSEU DE LLEIDA

El Museu de Lleida no ha tor­nat a ser el mateix des de l’11 de desem­bre del 2017. En una Cata­lu­nya minada per l’arti­cle 155, un cen­te­nar de guàrdies civils armats van entrar al cen­tre i es van endur 44 obres ori­ginàries del mones­tir de Sixena per ordre d’un jut­jat de pri­mera instància d’Osca i d’un Íñigo Méndez de Vigo que exer­cia de con­se­ller de Cul­tura. L’ope­ració va començar a les 00.00 h, en una nit freda i plu­josa, i va durar catorze hores; les últi­mes, mar­ca­des per les càrre­gues dels Mos­sos d’Esqua­dra con­tra la gent vin­guda d’arreu del país que va pro­tes­tar als car­rers. Les sen­sa­ci­ons i els sen­ti­ments dels que van viure aque­lla acció, dins i fora del museu, roma­nen cinc anys després. Aquest repor­tatge és un exer­cici de memòria d’onze per­so­nes que mai obli­da­ran el traumàtic 11-D del 2017.

“Va ser un cúmul de per­ver­si­tats”, exclama el direc­tor del Museu de Lleida, Josep Giralt, que va haver de reac­ci­o­nar amb molt poc marge de temps i pren­dre deci­si­ons que aca­ba­rien sent clau per tram­pe­jar els embats de l’ordre d’exe­cució del tras­llat. “El jutge, que era tem­po­ral, va ome­tre que hi fos pre­sent un secre­tari judi­cial, un fet inau­dit. Se’n va obli­dar o ho va fer expres­sa­ment? A més, en decla­ra­ci­ons a la premsa ara­go­nesa, deia que no estàvem col·labo­rant i que, per por que la gent assaltés els fur­gons poli­ci­als i cremés les obres, va adop­tar un dis­po­si­tiu poli­cial exa­ge­rat, amb helicòpter inclòs. Això es pot con­sen­tir? El nos­tre neguit era: amb quina pre­dis­po­sició vin­dria la Guàrdia Civil? La meva gran pre­o­cu­pació era que no pren­gues­sin mal la ins­ti­tució ni els tre­ba­lla­dors del museu que vaig con­vo­car aque­lla nit. I la millor decisió que vaig pren­dre, asses­so­rat pels nos­tres advo­cats, va ser con­trac­tar un notari que fes segui­ment de tot i donés fe de totes les acci­ons. Així és com ens vam blin­dar. ¿No ho va ser també, de per­vers, que la línia de pro­tecció de la Guàrdia Civil fos­sin els Mos­sos per si s’havia de repar­tir lle­nya con­tra els mani­fes­tants, com així va ser? Encara em dol el silenci abso­lut que els pro­fes­si­o­nals de museus espa­nyols van man­te­nir en aquesta ope­ració, amb comp­tadíssi­mes excep­ci­ons (Com­promís del País Valencià i el direc­tor del Museo de León, Luis Grau). Tant la soci­e­tat civil llei­da­tana i cata­lana com els pro­fes­si­o­nals dels museus del país ens van acom­pa­nyar en cos i ànima, i això no es pot obli­dar mai. Cinc anys després, mal­grat les sen­sa­ci­ons agres que han que­dat latents, n’hem de fer una bona lec­tura: el museu s’ha situat en l’ima­gi­nari de tot el país, mai no ha dei­xat de rebre mos­tres de suport dels ciu­ta­dans, ha gua­nyat públic, s’ha reno­vat i té un pla de futur potent que els patrons estan ava­lant.”

Galeria d’imatges del que es va viure dins del museu l’11-D.
JORDI V. POU (MUSEU DE LLEIDA)

‘¿Por esto tanto follón?’

“Va ser el pit­jor dia de la meva vida”, con­fessa el lla­vors con­ser­va­dor del Museu de Lleida Albert Velasco, un dels tes­ti­mo­nis del que es va viure i es va patir dins del cen­tre a par­tir de les dues de la mati­nada, quan ell, jun­ta­ment amb els altres tècnics cata­lans, hi va entrar. La Guàrdia Civil i els tècnics ara­go­ne­sos van arri­bar minuts abans de dos quarts de qua­tre: “El vigi­lant de segu­re­tat del museu ens va avi­sar quan va escol­tar pel walkie d’un mosso que ja eren al peatge de Soses. La sen­sació men­tre els esperàvem era estra­nya, com la dels ostat­ges de l’atra­ca­ment d’un banc a les pel·lícules, amb la diferència que la poli­cia que estava a punt d’arri­bar sabies que no venia a sal­var-te. Pri­mer van reti­rar les peces del magat­zem, de poc o cap interès. «¿Por esto tanto follón?», va dir un poli­cia en veure-les. El més dur va ser quan van anar a bus­car les obres de les sales i vaig veure dos agents fent-se una sel­fie amb les cai­xes sepul­crals de les mon­ges. «On posa en el vos­tre pla de tre­ball que us heu de fer fotos amb les peces?», els vaig etzi­bar cri­dant. Els van obli­gar a esbor­rar-les. La relació amb els tècnics ara­go­ne­sos va ser cor­recta. Excepte amb el direc­tor gene­ral de Patri­moni, Nacho Escuín, que a esto­nes ens va estar pro­vo­cant. Al seu cap de premsa el van fer fora quan el van enxam­par tru­cant a peri­o­dis­tes per pas­sar-los infor­mació con­fi­den­cial. Un altre moment col­pi­dor va ser quan, de dins estant, ens van enviar per What­sApp els vídeos de les càrre­gues poli­ci­als con­tra la gent que pro­tes­tava al car­rer. Vaig plo­rar molt. Hi ha res de posi­tiu en uns fets tan bèsties? Doncs sí: que aquell dia i els següents el Museu de Lleida va arre­lar al cor dels ciu­ta­dans.”

La con­ser­va­dora del Museu de Lleida Car­men Ber­labé va ser una llui­ta­dora incan­sa­ble del patri­moni de Sixena pre­ser­vat a Cata­lu­nya des dels ini­cis del con­flicte. “Encara ara m’angoixo quan recordo l’entrada de la Guàrdia Civil al museu, en for­mació i a pas mili­tar. Van ocu­par el museu. Tots els que érem a dins vam estar retin­guts. Com si fóssim una banda armada. Nosal­tres érem l’ene­mic. Vaig pas­sar molta por. Sabíem que qual­se­vol situ­ació de pèrdua de ner­vis podia tenir unes con­seqüències bru­tals. I, de pro­vo­ca­ci­ons per fer-nos exal­tar, n’hi va haver. Tot estava pla­ni­fi­cat per crear psi­cosi. Per què, si no, van venir de nit? Era abso­lu­ta­ment inne­ces­sari. Va ser un acte d’escarni. Volien ense­nyar-nos que ens havien vençut. Un estat tota­li­tari ens va obli­gar a viure això. Va ser un escar­ment als cata­lans. L’únic moment en què em vaig sen­tir recon­for­tada va ser quan vam sor­tir a aco­mi­a­dar les obres i vam veure la gent del car­rer plo­rant i cri­dant de des­es­pe­ració. Les seves cares no les obli­daré mai [plora]. Quanta dig­ni­tat. Se’l sen­tien seu, aquell patri­moni. Les peces van ser les altres vícti­mes: d’estar ben cui­da­des en un museu públic ara estan en un edi­fici en obres de pro­pi­e­tat pri­vada. L’únic que espero és que el que vam viure aque­lla nit no es repe­teixi mai més. A mi m’ha que­dat estrès post­traumàtic. Vaig estar temps sense poder dor­mir bé. Tinc sobre­salts quan hi penso.”

Pocs dies abans, la cap de comu­ni­cació del Museu de Lleida, Marga del Campo, ja va veure les ore­lles al llop. “Estàvem a punt de tan­car, al museu ja pràcti­ca­ment no hi que­dava ningú, i es van pre­sen­tar un grup de guàrdies civils amb una ordre que jo vaig inter­pre­tar com una inti­mi­dació. Ner­vi­osa, vaig tru­car a l’advo­cat i em va dir que no hi podien entrar perquè l’ordre tenia un defecte de forma. Van mar­xar enfa­dats i em van dir: «El día 11 de dici­em­bre empi­eza a las 00.00 h.» El dia 10, diu­menge, al matí vaig anar a tre­ba­llar per aten­dre la premsa. Vaig pas­sar la tarda a casa i a les onze vaig tor­nar al museu, i ja no en vaig sor­tir. Els tècnics ara­go­ne­sos van venir proveïts de men­jar i cafè. Nosal­tres no teníem res. Només por. No hi va haver cap estona de des­cans. No sabies quina hora era. Et sen­ties sol i aïllat. No t’immu­ta­ves amb cap pro­vo­cació, ni quan et feien bro­me­tes. Pot­ser espe­ra­ven sen­tir-nos cri­dar o veure’ns plo­rar. No els vam donar aquest plaer. Vam voler cui­dar al màxim la imatge del museu, un museu públic obert a tot­hom. Als tre­ba­lla­dors ens havien posat al cen­tre de la diana. Hi vam res­pon­dre amb pro­fes­si­o­na­li­tat. I la nos­tra gran sort va ser con­trac­tar un notari perquè aixequés acta de tot el que passés aque­lla nit dins del museu. No se l’espe­ra­ven. No sé què hau­ria pas­sat sense la seva presència vet­lla­dora. Estàvem real­ment espan­tats. En aquell con­text de repressió, política, econòmica i també cul­tu­ral, el Museu de Lleida va ser una víctima més.”

La con­ser­va­dora res­tau­ra­dora del Museu de Lleida Núria Gilart té poques ganes de tor­nar a recor­dar. La seva feina va con­sis­tir a fer les fit­xes de totes les obres que van mar­xar, amb les ano­ta­ci­ons del seu estat de con­ser­vació: “El que els passés pel camí i al seu nou destí ja no era res­pon­sa­bi­li­tat nos­tra.” Però res va ser sen­zill. “Vam tre­ba­llar sota molta pressió i estrès. D’entrada ens van dir que tam­poc calia que fóssim allà, que ells ja tenien les fotos del que s’havien d’endur. Com si no fóssim neces­sa­ris. Ens hi vam qua­drar: les peces les trauríem nosal­tres una per una i ho docu­men­taríem tot, amb foto­gra­fies i vídeos. No s’espe­ra­ven que estiguéssim tan pre­pa­rats. Vaig anar per feina, con­cen­trada, en bucle, obvi­ant tota la resta. La relació amb els tècnics ara­go­ne­sos va ser dis­tant. No parlàvem. Només vaig interac­tuar amb les res­tau­ra­do­res. No crec que els fes gràcia el paper que els va tocar fer. A mi no me n’hau­ria fet. La situ­ació era sur­re­a­lista, incom­pren­si­ble. No tenia cap sen­tit des del punt de vista tècnic. Tot estava al ser­vei de la política. Vaig aca­bar molt can­sada i, sobre­tot, trista. Sense ganes de par­lar amb ningú, vaig mar­xar cor­rents cap a casa. Em va emo­ci­o­nar veure els mis­sat­ges al mòbil de tants col·legues que eren a fora i que patien per nosal­tres perquè no sabien què estava pas­sant a dins. El que vaig viure aque­lla jor­nada em va fer replan­te­jar mol­tes coses. No calia fer-ho així. Pro­curo no pen­sar-hi.”

“Tu saps què és estar envol­tat de 100 agents de la Guàrdia Civil armats amb metra­lla­do­res, fins i tot per anar al lavabo?” Jusèp Boya, lla­vors direc­tor gene­ral de Patri­moni de la Gene­ra­li­tat, va deci­dir motu pro­prio, jun­ta­ment amb Magda Gassó, cap del ser­vei de Museus, anar a Lleida. “El 155 havia dei­xat el govern escapçat i nosal­tres dos érem les dues úniques auto­ri­tats que quedàvem al Depar­ta­ment de Cul­tura. No vam volem dei­xar sol l’equip del Museu de Lleida. Ningú ens va orde­nar que hi anéssim, i el cas és que, un cop allà, els ara­go­ne­sos em volien fer fora. M’hi vaig qua­drar: «Soc aquí perquè això és casa meva.» Va ser una de les nits més dures de la meva vida pro­fes­si­o­nal. Vaig sen­tir una bar­reja de sen­ti­ments, d’impotència, ràbia i deso­lació. Tot el que va suc­ceir aque­lla llarga nit em va afec­tar moltíssim. Vam sen­tir el suport de la gent que hi havia a fora cri­dant (les càrre­gues dels Mos­sos em van fer plo­rar) i em va emo­ci­o­nar veure-hi tants com­panys dels museus cata­lans. Quan va mar­xar l’última caixa, vaig dir al per­so­nal del museu: «Hem de tan­car el dol. El Museu de Lleida ha de tirar enda­vant.» I ho ha fet. Aragó va bus­car pre­me­di­ta­da­ment aquesta punya­lada final. Mai va estar dis­po­sat a dia­lo­gar. Els vam ofe­rir un dipòsit de llarga durada d’una part impor­tant del fons, sem­pre que reco­ne­gues­sin la pro­pi­e­tat de la Gene­ra­li­tat. Però no, ells el que volien era la ren­dició. La lluita no s’ha aca­bat: els tri­bu­nals euro­peus encara hi han de dir la seva. Perquè no obli­dem que es van lliu­rar les obres, però no els diners.”

L’his­to­ri­a­dor de l’art i museòleg Damià Amorós va sor­tir de casa seva, a Sar­ral, que encara era de nit, i a Lleida el va rebre la mateixa fos­cor. “Les llums bla­ves de les sire­nes dels cot­xes poli­ci­als que tenyien la façana del museu van ser el pri­mer senyal que el que estava suc­ceint no era nor­mal. Hi havia un ambi­ent d’enter­ra­ment. De ràbia i de decepció. Era una der­rota. El que més em va col­pir no va ser el moment de la marxa de les obres, sinó la imatge just després, quan els tre­ba­lla­dors del museu van sor­tir tots junts a fora. Va ser un moment de molta con­nexió amb els pro­fes­si­o­nals dels museus cata­lans que érem allà. Vaig tro­bar fora de lloc que en la con­cen­tració també hi hagués polítics. A ells els per­to­cava fer una altra feina: les ges­ti­ons per impe­dir el que estava pas­sant, tan dramàtic per a la gent de Lleida que estava veient com li des­a­pa­rei­xia una part de la història del seu ter­ri­tori. Em dol que tot hagi que­dat confós en un fume­ral naci­o­nal ben estrany. Les grans dam­ni­fi­ca­des de la ins­tru­men­ta­lit­zació política d’aquest patri­moni han estat les peces. Pri­va­tit­zar el que era una col·lecció pública és gravíssim.”

El futur pre­si­dent de la Gene­ra­li­tat, Quim Torra, que con­cor­ria com a número onze en la llista de Junts per Cata­lu­nya a Bar­ce­lona en les elec­ci­ons al Par­la­ment, va arri­bar a Lleida de mati­nada. “Feia un fred ter­ri­ble, però la sen­sació de fred era, sobre­tot, inte­rior. Sem­blava men­tida que s’hagués arri­bat a aque­lla situ­ació, que no s’hagués pogut atu­rar. Era increïble que allò estigués pas­sant davant dels nos­tres nas­sos. Tots els que hi érem com­partíem un sen­ti­ment d’inde­fensió abso­luta davant d’aque­lla aber­ració patri­mo­nial. Ens sentíem ultrat­jats. Quan les obres van mar­xar, al car­rer es van viure moments de molta tensió. Vaig ser a un pam d’un poli­cia, un mosso… La con­tun­dent reacció de la gent va ser d’alta civi­li­tat. Em va com­moure sobre­tot el coratge del per­so­nal del museu, i aque­lla escena final, quan van sor­tir tots junts i els vam aplau­dir. Esta­ven des­fets.”

Estàvem en guerra?

La direc­tora del Museu d’Art de Girona, Carme Clu­se­llas, va aga­far l’últim tren que sor­tia de Girona i a les onze ja era a Lleida. Havia reser­vat una habi­tació d’hotel, però… “No em vaig moure del car­rer en tota la nit. Al prin­cipi n’érem poquets, va ser al matí que es va començar a omplir. Que què em va impac­tar més? Veure tants poli­cies armats, com si estiguéssim en guerra. Als museus no en por­tem, d’armes. I les mane­res amenaçado­res d’aquests poli­cies. Ens fil­ma­ven. Dues dones grans a pri­mera fila cri­da­ven: «Ens roben!» És el que va ser: un roba­tori. Com pot ser que se’ns estigués mal­trac­tant així? El Museu de Lleida l’únic que havia fet amb aquell patri­moni era cui­dar-lo, res­tau­rar-lo, difon­dre’l i expli­car-lo. No estava ama­gat en cap cata­cumba. La imatge dels tre­ba­lla­dors del museu al final de tot va ser un moment de llàgrima. Grans pro­fes­si­o­nals. Cinc anys després, les obres s’estan podrint i ningú diu res, no ho entenc. Aquí a Cata­lu­nya no interessa crear con­flicte, però allà, a Aragó, sí, perquè els dona uns enor­mes rèdits polítics. Som veïns, és tristíssim. Sí, ho tor­na­ria a fer, tor­na­ria a pas­sar una nit al ras per defen­sar el nos­tre patri­moni, a Lleida i allà on fes falta.”

El peri­o­dista d’El País José Ángel Montañés, amb una llarga tra­jectòria en diver­sos con­flic­tes patri­mo­ni­als, el de Sixena con­cre­ta­ment des del seu inici, va ser un dels pro­fes­si­o­nals de la infor­mació que van cobrir els fets de l’11 de desem­bre des de les dotze en punt de la nit, quan els Mos­sos van blin­dar l’accés al museu. “Intuïem que pas­sa­ria alguna cosa, però no sabíem ni quan ni com. A títol per­so­nal, va ser l’experiència més extrema que he vis­cut mai. Les sen­sa­ci­ons de sor­presa i incre­du­li­tat van ser inten­ses, perquè aque­lla brus­que­dat només l’asso­ci­a­ves a museus de països en situ­a­ci­ons de guerra. En el meu cas, vaig veure les dues cares de la notícia. A Lleida, la de la desgràcia, amb una violència en tots els sen­tits, no només física, i a menys de 60 quilòmetres, a Vila­nova de Sixena, la de l’ale­gria quan hi van arri­bar les obres. Les reac­ci­ons tan opo­sa­des de la gent, una gent que pot­ser fins lla­vors no s’havia interes­sat pas per aque­lles obres, ni aquí ni allà, em van sac­se­jar. La lliçó de tot ple­gat és que no és bo per al patri­moni que se’l col·loqui en l’àmbit de la política.”

El direc­tor del Museu d’Art Jaume Morera de Lleida, Jesús Navarro, ja era a mit­ja­nit al car­rer per donar suport als seus com­panys, i no se’n va moure. “Va ser una nit excep­ci­o­nal, amb molts moments durs, però també emo­tius, de soli­da­ri­tat i empa­tia. La gent, sobre­tot la de Lleida, se sen­tia iden­ti­fi­cada amb aquell patri­moni i ho va rebre com una agressió. Es va con­su­mar una ope­ració sense pre­ce­dents en l’àmbit dels museus i que difícil­ment es repe­tirà en un futur. El que menys impor­tava en aquest con­flicte era el patri­moni, perquè, si hagués estat l’interès pri­mor­dial, s’hau­ria acor­dat una gestió com­par­tida, una via que va ser ban­de­jada tot d’una. En por­tar-ho al pla polític, far­cit d’anti­ca­ta­la­nisme, ja no hi havia diàleg pos­si­ble, perquè tot es plan­te­java com la victòria dels uns i la der­rota dels altres. I el gran con­tra­sen­tit és haver tret les obres de l’expo­sició pública. Ni tan sols podem par­lar de res­ti­tució: a qui si les pro­pietàries ori­gi­nals ja ni exis­tei­xen?”

La marxa de les obres, catorze hores després. AGÈNCIES.

TRETZE DATES CLAU 

1188

El reial mones­tir de Santa Maria de Sixena (Vila­nova de Sixena, Osca), expo­nent de la riquesa de la Corona d’Aragó, va ser fun­dat per la reina Sança de Cas­te­lla, esposa d’Alfons el Cast, en ple desert dels Mone­gres. Des de l’ori­gen l’habi­ta­ven mon­ges de l’orde de Sant Joan de Jeru­sa­lem, que n’eren les pro­pietàries (tant de l’edi­fici com dels seus béns). 

1923 

El con­junt monàstic és decla­rat patri­moni naci­o­nal. Però la seva decadència, que ve de segles, con­ti­nuarà impa­ra­ble i en ple segle XXI encara no s’hi han fet les inver­si­ons per refor­mar-lo. 

1936 

A l’inici de la guerra, el cenobi va ser incen­diat pels revo­lu­ci­o­na­ris de la zona. Les pin­tu­res murals, molt afec­ta­des pel foc, van ser arren­ca­des per una expe­dició de ‘monu­ments men’ cata­lans, amb l’ajuda de gent del poble, i van ser tras­lla­da­des al MNAC per sal­va­guar­dar-les. 

1960 

Les mon­ges fir­men un como­dat (un préstec inde­fi­nit) de les pin­tu­res murals amb el museu català, que les ha res­tau­rat i les tracta amb cura màxima per pro­te­gir-les. 

1970 

Les reli­gi­o­ses, poques i ja grans, dei­xen el ruïnós mones­tir, aban­do­nat per les auto­ri­tats d’Aragó, i s’ins­tal·len a Cata­lu­nya, pri­mer a la Bona­nova de Bar­ce­lona i després en un con­vent de nova planta a Vall­do­reix. 

1983-94 

La Gene­ra­li­tat i el MNAC els com­pren 97 obres per 50 mili­ons de pes­se­tes (300.000 euros). També acti­ven con­jun­ta­ment les ges­ti­ons per con­ver­tir en donació la cessió de les pin­tu­res murals, però la mort de les últi­mes reli­gi­o­ses frena que es for­ma­lit­zin. 

1995 

La Santa Seu, pres­si­o­nada per l’Església espa­nyola, par­teix la diòcesi de Lleida, de la qual Sixena for­mava part, i trenca així vuit segles d’història comuna. 

2012 

El Tri­bu­nal Cons­ti­tu­ci­o­nal denega el dret de retracte per adqui­rir les obres que havia recla­mat Aragó catorze anys abans. Aragó activa imme­di­a­ta­ment un altre litigi, ara per la via civil, perquè es decla­rin il·legals els con­trac­tes de com­pra­venda de les peces. En paral·lel, també judi­ci­a­litza el cas de les pin­tu­res murals. Totes les sentències que es dic­ten a par­tir del 2015 seran a favor seu. Les auto­ri­tats ara­go­ne­ses en dema­nen les exe­cu­ci­ons pro­vi­si­o­nals, i els tri­bu­nals ara­go­ne­sos ho con­sen­ten. 

2016 

El jut­jat núm. 1 d’Osca obliga a entre­gar, encara sense sentència ferma, les 97 peces al mones­tir abans del 25 de juliol. El dia 26 només hi arri­ben les 53 que con­serva el MNAC als seus magat­zems. 

2017 

L’11 de desem­bre la Guàrdia Civil entra al Museu de Lleida i s’endú els altres 44 béns. 

2018 

El jut­jat núm. 2 d’Osca, que du el cas de les pin­tu­res murals, para­litza el retorn pro­vi­si­o­nal del con­junt, aler­tat pels experts, que l’avi­sen del seu deli­cat estat de con­ser­vació. Deixa la decisió final al Tri­bu­nal Suprem. 

2020 

La comu­ni­tat eclesiàstica que resi­deix de llo­guer a Sixena, de l’orde de Bet­lem i que no té res a veure amb les mon­ges sant­jo­a­nis­tes (a l’Estat, ja només resi­dei­xen en un con­vent, a Àlaba), deixa el mones­tir farta de l’enre­nou mediàtic i els menys­preus del govern d’Aragó

2022 

A finals de novem­bre, el Tri­bu­nal Suprem va adme­tre a tràmit els recur­sos de cas­sació que va pre­sen­tar fa dos anys la part cata­lana con­tra la sentència de les pin­tu­res murals. A la comu­ni­tat veïna han anat sor­tint veus crítiques amb la gestió de l’afer. Diver­ses enti­tats reli­gi­o­ses i civils han fet una reco­llida de fir­mes per dema­nar al papa que es reins­tauri la vida espi­ri­tual al mones­tir.

https://www.elpuntavui.cat/cultura/article/19-cultura/2227701-sixena-ferides-molt-obertes